sábado, 25 de abril de 2009

Al Principio- o al final-.

Aquella noche el cuarto se convirtió en un campo de batalla donde los ejèrcitos se enfrentaron cuerpo a cuerpo sin más armas que los cinco sentidos y un poco de imaginaciòn, después que sonó el último disparo (en la madrugada) se hizo el recuento de las bajas: un lápiz perdió la punta, se atoraron las agujas del reloj, el polvo cubrió el espejo y se descubrió que debajo del colchón oloroso a berrinche alguien había dejado olvidada una carta (sin remitente, por supuesto)...la manchita roja en las sábanas blancas marca el lugar exacto donde todo aconteció. En la guerra del amor todos ganan...

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