martes, 9 de noviembre de 2010

Sin Nombre.

Ella despertó después de haber pasado una noche borrascosa, se asomó debajo de la cama y tomó la bacinilla con los orines y cuando se disponía a salir al patio para verter los orines en la letrina lo descubrió medio perdido entre las sábanas. Mierda, dijo en voz alta, y atravesó el patio a toda prisa.

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