viernes, 31 de julio de 2009

De preguntas y razones (como para escribir un diario).



Querido diario:
Hoy amanecí con la seguridad de saber que tengo respuestas para preguntas que nadie se va a atrever hacerme. Me frustra la perspectiva de ver que un día es como cualquier otro ya sabes 24 horas sin pico y que ni se te ocurra pedirle "ipegue" a los segundos porque no es posible retrasar el momento que todos sabemos siempre llega. Con qué derecho la maldita duda se mete en nuestras vidas, quién fue la mal parida que le permitió ver la luz. Mira yo tenía el cuadro rayado con todo y las sombras inventariadas y de pronto caigo al pozo de los pormenores olvidados: un charquito de orín y el codo arrugado y negro de mi abuela para vislumbrar que la primera plana de los diarios es la mentira que más me gusta...y el cielo, hasta cuándo se va a quedar sostenido en su trono, cuantos silencios caben entre dos personas, de qué tamaño es la esperanza, qué significa perdonar setenta veces siete, cuándo es legítimo que un hombre tome las armas, por qué hay más paredes que puentes, los sueños que soñamos despiertos tienen el mismo peso que los sueños que tenemos cuando estamos dormidos...ella está dormida soñando que yo estoy despierto y yo estoy despierto soñando que ella está dormida, cuántas palabras son necesarias para despertar al ángel de la pasión, se puede "hacer" el amor...tengo cinco dedos en cada mano y todavía no sé cuál de todos será el delator.

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