martes, 9 de febrero de 2010
Después de Todo...
Después de haber vivido entre nosotros, de haber compartido tantas caminatas y visitas al veterinario, tantas comidas a la media noche, tantas luchas para bañarla, tantas batallas contra las pulgas y garrapatas, tantas madrugadas en las que ella rascaba la puerta del cuarto para que me levantara y la sacara a la calle o para que le arreglara un rincón caliente para protegerse del frío, tantas locuras que hacía, tanto cariño y compañía que nos daba, tantas risas por sus locuras, tantas carreras que tuve que pegar porque a ella le encantaba perseguir a los gatos, tantos niños que cuando la veían pasear por la calle la llamaban "vaquita", tanta gente que me preguntaba si estaba embarazada, tantos niños y adultos que se acercaban para tocarla y lo sorprendidos que se veían cada vez que les decía que estaba gorda y no panzona, tantas vergüenzas que me hizo pasar porque se comía cualquier hueso viejo que encontrara en la calle y velaba a cualquiera que estuviera comiendo...después de tantas historias, tuve que ponerla a dormir. De pronto se puso débil y perdió el apetito, la atrapó la tristeza y a pesar de todos los cuidados que le di, ya no se recuperó. No quise verla sufrir tanto, la llevé al veterinario para que la pusiera a dormir...se quedó tranquilita, no se alteró, poco a poco se fue quedando dormida y expiró. Ahora la casa se siente vacía. Hace falta la alegría de "La Manchas"...
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