lunes, 8 de febrero de 2010

Un Río de Tristeza

Las calles de mi país cada día se están poblando de payasos, sí, payasos de los que se pintan el rostro y usan pelucas chistosas y ropas de colores y zapatos rojos gigantes, a como les decía, parece que ser payaso está de moda. En los semáforos se pueden ver niños y niñas disfrazados de payasitos y payasitas haciendo actos de risa, después de finalizar cada presentación van a pedir dinero a los conductores que esperan a que la luz cambie del rojo al verde...y crean me, estos payasitos más que risa lo que me provocan es tristeza. Los payasos se reproducen y las razones para reír se agotan. Cuando cae la noche y las sombras no permiten que los conductores les vean el rostro, los payasos se quitan las pelucas y se lavan el rostro, y se van a casa a soñar con mundos perfectos y chistes nuevos...para a la mañana siguiente volver a empezar otra vez la búsqueda de la felicidad.

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