domingo, 6 de junio de 2010

La Rueda De La Historia.

En aquel país atrasado y empobrecido el pueblo vivía tiranizado por el silencio. En las iglesias y catedrales el silencio planeaba dejando un airecito frío y seco, las paredes de las escuelas estaban tapizadas de rótulos que imponían el silencio como norma, los pasillos de los hospitales eran vigilados por enfermeras tan blancas como su uniforme y que repartían bozales a los niños que esperaban la consulta, los policías salían a las calles a perseguir a las víctimas de robos que se atrevían a gritar pidiendo ayuda y en los callejones oscuros y remotos los novios hacían el amor de píe contra las paredes y apenas dejando escapar suspiros y saliva, el deporte nacional era el famoso juego de "Pedrito Pedrito cagó cien bolitas el que hable primero se las traga toditas", y desde los preescolares los niños aprendían a utilizar el lenguaje de señas. Muchos ciudadanos desesperados por no poder expresarse libremente tuvieron que huir o asilarse en países vecinos. Desde la distancia mandaban mensajes de esperanza y cartas en las que expresaban promesas de volver y luchar y resistir y derrocar al tirano, y liberar y reformar y transformar y desarrollar a la patria...y fue verdad que regresaron y derrocaron al dictador y formaron una junta de gobierno donde había representantes de todos los sectores menos del sector de los sin voz, y entonces el ministro de comunicaciones mandó instalar altavoces en todas las esquinas, parques, plazas y mercados para hacer más fácil el dictarle a la población el cómo deben conducir sus vida. En las escuelas y preescolares se enseña a los niños y niñas a obedecer ciegamente los mandatos de la junta de gobierno y a no dudar de que las decisiones tomadas por esta junta son para el bienestar de la patria y todos sus hijos. Y en las universidades se forma a los futuros especialistas en propaganda y mercadeo, quienes después de finalizar sus estudios pasarán a trabajar bajo el ala del ministro de comunicación en los laboratorios donde se prepararán las nuevas formas de persuasión masivas, los lavados de cerebro y los discursos hipnóticos.

...Hoy el pueblo vive feliz porque puede hablar pero no decir, puede votar pero no elegir, puede opinar pero no decidir...y por ahora son solo algunos los inconformes que sienten otra vez el deseo de marcharse a otro país a tratar de organizar otra revolución. Esperemos a ver qué tal les va...

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