Era imposible evitar la discusión alrededor de tanto material impreso que se expende en cada esquina. Mire a su alrededor y verá que cada día, desde que Dios amanece, sale al mundo una cantidad increíble de revistas, periódicos, boletines, panfletos, cartas, volantes...y cada uno contando una historia que en dependencia de nuestra experiencia de vida nos parecerá verdad o mentira o ligeramente creíble o pura fantasía. Yo le dije que me era difícil distinguir cuál de todos los periódicos era el mejor, y él me contestó con toda la paciencia del mundo ( y creo que con algo de vanidad): "Cada mañana, después que leo el periódico, lo someto a la prueba de la verdad". Me apresuré a preguntarle en qué consistía dicha prueba, pero él ya estaba encarrilado y prosiguió.
"Esta es una prueba muy sencilla; me limpio el trasero con el diario" - Y qué con eso?, le dije. "Después que he terminado con x periódico voy con el siguiente. Lo peor que se puede hacer es sacar toda la información de una sola fuente..."
¿Qué más podía preguntarle?
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