martes, 16 de diciembre de 2008

Vandalismo (Versión 1.1)



Las paredes en Managua no son entes aislados de lo que pasa. Cada centímetro cuadrado grita los sentimientos e ideas de una población que nació para dar la lucha en cualquier frente. No se crea lo que dicen de nosotros, debajo de esta piel de cordero se esconde una fiera que cuando despierta no hay quien la aguante. La próxima vez que camine por la acera frente a la U.C.A. fíjese que no venga nadie y como al descuido pose la palma de la mano sobre la superficie rugosa de la pared-da igual la mano que use, la derecha no es derecha cuando le falta la izquierda y la izquierda sin la derecha sería un caos- y me va a contar si al hacerlo no siente usted un mordisco mordaz que le produce escalofríos al pensar en todo el futuro que hemos perdido por no hacerle caso a los gritos que las paredes encierran. Suave que es bolero!! No me mal interprete, cuando hablo de esta pared no quiero que se entienda que esta es la única pared parlante que tenemos-esta es la ciudad donde por gracia o desgracia me toco nacer y al fin y al cabo es la única que medio conozco-, hay paredes que mantienen un bajo perfil y cualquiera se engaña; esas que parecen limpias, invioladas por los vándalos, libres de la propaganda política típica de estos días-pero aquí me contradigo porque no hay nada que no lleve el germen de la política: no tener posición política es una posición política-son las que mejor se cotizan en el mercado de las pintas clandestinas. Ahorita tengo un nudo en el cerebro-me imagino ese nudo en mi cerebro y me da risa-, quisiera decir que no importa el color o la forma o la extensión de la pinta, que lo importante es el mensaje que transmite, pero mi propio pudor me impide darle alas a esta idea y mejor corrijo: en los mensajes cifrados que se imprimen en las paredes hasta la mínima manchita tiene su función-volvamos a lo de la derecha sin la izquierda y viceversa-, el color la forma la extensión la profundidad el ancho la altura la calidad de la superficie, todos estos factores son parte de un todo, un mensaje que sin uno de estos elementos se vería privado de su poder de comunicación. Pero me he extraviado por caminos que no pensaba seguir y es mejor regresar al principio, el génesis de esta entrada que trata de las paredes que no saben callar la rabia el llanto el amor el odio la frustración los sueños el cansancio la nostalgia los celos el hambre la soledad la inocencia el rencor el deseo la culpa la violencia la ternura la claridad el calor el tedio la creatividad el habla el silencio-el silencio que casi siempre se impone por encima del silencio mismo-, y de la cantidad ilimitada de pintas que se podrían colocar en ella y los mensajes y la belleza que le podrían agregar a esta ciudad que se ha quedado estancada entre un pasado sin gloria y un presente sin brillo...estos puntos suspensivos son para que usted siga el rumbo que quiera seguir. Yo voy a ponerme de pie para aplaudir el coraje que tienen los que se atreven a poner a la luz pública las ideas que tiene. Después de todo, las paredes no se quejan...

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