Estamos en la era en que todos esperamos por un héroe que venga al caer la tarde y borre de un plumazo la maldad que impera en el mundo y que restablezca el equilibrio en cada aspecto de la vida, pero la verdad es que a mi me siguen gustando más los héroes clásicos, los que no usan capa ni máscara ni armas sofisticadas ni toda esa parafernalia de equipos electrónicos...me gustan los héroes de carne y hueso, los que sangran ríen lloran aman duermen y cagan y que a veces también sufren derrotas; la vieja que vive en la esquina y que cada día se levanta para dar la batalla en cualquier frente...con la misión de vivir la vida por el placer de vivirla.
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