Mi pobre país está tan dividido y al parecer todavía no es el tiempo para que nos sentemos como nación y discutamos las cosas que tenemos en común. Esta mañana asistí a lo que me parece el mejor ejemplo de los males que los malos políticos nos han causado: una brecha sin fondo entre los que están con nosotros y los que están contra nosotros. Nosotros los de abajo nos atacamos, nos herimos, nos puteamos -aunque los de la cúpula comparten el mismo plato y se lamen el culo los unos a los otros- y nos sacamos la sangre para pintar nuevas y viejas consignas en las paredes que jamás han sido ni serán neutras porque en este mi país-yo también comparto una cuota de intolerancia, estrechez mental, odio, envidia, ignorancia- nos hemos estado matando desde siempre porque padecemos de la peste de la mala memoria; olvidamos demasiado pronto las lecciones que la historia nos enseña cada día...Y después de la marcha todos regresamos a nuestras casas a seguir viviendo la vida al igual que ayer...hasta que otra vez nos llamen a las calles para que defendamos un paraíso en el cual nosotros no tendremos entrada.
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