







Se llevó a cabo la esperada MARCHA DE LAS ESCOBAS. Los organizadores invitaron al pueblo a reunirse y para luego marchar hasta las oficinas del Consejo Supremo Electoral (CSE). Pidieron que todos llevaran una escoba como un símbolo de la limpieza que hay que hacer en las instituciones del estado, barrer la corrupción y el fraude electoral. Un medio de comunicación dijo que se reunieron más o menos 2,500 personas. Pues yo estuve ahí; asistí para ser testigo de lo que allí aconteciera y después de una mañana bajo el sol y una caminata de poco mas de un kilómetro, puedo asegurar, que aunque simpatice con las ideas que la Coordinadora Civil y otras organizaciones tienen, no me siento identificado con sus propuestas. Basicamente proponen más de lo mismo, quitar a los que están arriba para subirse ellos. Escuché sus discursos y en ninguno se propuso hacer un cambio de sistema, lo que ellos proponen como algo radical a mí me parece que sería como poner un poco de maquillaje a las instituciones estatales. Otra razón por la cual no me identifico es porque en estas marchas -esta es la tercera marcha de los Azul y Blanco a la cual asisto como un simple observador/fotógrafo- la diferencia de clases se marca de manera tácita. Los del montón llegan sudando, cansados, con los pies adoloridos después de tanto andar; pero los poquititos privilegiados llegan frescos y olorosos a perfume, con la camisita bien limpia y los zapatos recien lustrados, y cuando termina la marcha, los pobres buscan el bus que les lleve de regreso al barrio, mientras los otros esperan a que el chofer llegue a recogerlos con la camioneta. No está mal tener comodidades pero, tristemente persivo esas diferencias con mayor claridad cuando el populacho y los escogidos se paran uno al lado del otro. Luego está aquello de que estas marchas son pacíficas y cívicas, pero siento que en el fondo se mueren de ganas por usar los métodos que el otro bando utiliza. Cuando la marcha llegó frente al edificio del CSE, unos jóvenes sacaron sus latas de pintura al spray y realizaron pintas en el muro perimetral de este recinto. Un grupo de marchistas se separó del grupo y fue hasta el portón principal a increpar a los policías que estaban resguardando el edificio, una lluvia de escobas y banderas cayó sobre el jardín y en eso un hombre lanzó una piedra contra los cristales de la fachada...la policía no intervino ni amenazó con detener al agresor, pero un señor que también estaba participando de la marcha lo increpó por estar haciendo daño a la propiedad. Le explicó que si causaba daño a un edificio público sería el pueblo el que tendría que pagar por eso. Inmediatamente, un grupo de los llamados cívicos y demócratas rodeó e insultó a una de las personas que más demostró civismo, le llamaron sandinista, pactista, comunista y hasta le mentaron a su madre...demostraron que entre ellos tampoco se practica la democracia, ni el respeto a los que piensan diferente. La gota que derramó el vaso fue cuando un tipo gritó a todo pulmon: Aquí estamos los nietos de la Nicolasa Sevilla. Con los nietos de la Nicolasa Sevilla nadie se mete. Y sentí verguenza y arrechura ante tanta ignorancia.
Se calmaron los ánimos y todo volvió a la normalidad, pero no me pareció normal ver a un grupo de señoras, de esas que jamás en su vida han tocado siquiera una escoba, barriendo papeletas que representaban las lacras que como nación tenemos que erradicar...!!QUE VIVA NICARAGUA!!