A tan solo 21 kilómetros al sur de Managua se encuentra El Crucero. Ubicado a una altura de 945 metros sobre el nivel del mar, tiene una vista privilegiada de los atardeceres. Hoy lo visitamos por el placer de ser testigos de uno de esos regalos que solo la naturaleza es capaz de ofrecer: un atardecer. Poco a poco fue arreciando el viento y la temperatura se hizo más agradable, los rayos del sol se fueron haciendo cada vez más ténues y el cielo se transformó en un capullo de nubes que a mi me parecía de fuego. Las sombras se alargaban con el pasar de los minutos y en el cielo, Dios, con su propia mano, pintó un atardecer tan bello que estoy seguro haría llorar de envidia a El Principito. (Un día El Principito asistió a cuarenta y tres puestas de sol). Si por casualidad pasa por El Crucero, deténgase un momento y espera a que el astro rey presente su espectáculo. Es gratis.
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