martes, 27 de julio de 2010

El Bien y El Mal-Gris vol. 5

Cuando yo era niño inventaba cuentos que luego corría a contarle a mi hermano. Mis creaciones eran muy sencillas. Siempre eran historias de la lucha entre el bien y el mal y el bien siempre derrotaba al mal. Esa línea que separa la oscuridad de la luz estaba muy bien definida para mí. Bueno, los títulos de mis cuentos eran sencillos: La sábana buena contra la sábana mala, el lápiz bueno contra el lápiz malo, la puerta buena contra la puerta mala, el libro bueno contra el libro malo, la silla buena contra la silla mala, la pared buena contar la pared mala, el círculo bueno contra el círculo malo, el periódico bueno contra el periódico malo...y la lista de títulos podría seguir y seguir y seguir. Mi hermano, que es un poco mayor que yo, siempre escuchaba mis historias con mucha atención. Después que yo terminaba de narrarle mis cuentos me quedaba esperando algún comentario, alguna reacción, una crítica, algo que me ayudara a saber si lo que yo inventaba tenía algún valor. Pero él nunca dijo nada, y ambos crecimos y dejamos de ser niños y entonces la vida y la realidad de los adultos nos dio de golpe en el rostro y tuvimos que madurar y adaptarnos a esa otra realidad que nosotros no conocíamos...y desde entonces, las fronteras entre el bien y el mal ya no son tan claras y al final no sé qué bando es el ganador. Yo sigo esperando comentarios, reacciones, críticas, alguna señal que me ayude a recorrer el laberinto.

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