lunes, 26 de julio de 2010

Poemas y Sueños.

Hacía mucho tiempo que no le veía. Nos topamos una tarde en la esquina de la plaza y entonces me puso al tanto de los últimos acontecimientos en su vida. Se había casado con su novia de toda la vida. Vivían al otro lado de la ciudad y ahora se ganaba la vida escribiendo unos poemas alegres y sencillos que por caridad eran publicados en una revista semanal. Era muy feliz con su nueva vida, tenía todo lo que siempre quiso y a veces hasta más. Pero pude notar que todavía no me había contado todo lo que tenía que contarme. Yo lo invité a que se desahogara y fue entonces que me dijo: "Mi mujer sueña en voz alta". Le dije que no había nada de extraño en eso. Que mucha gente soñaba en voz alta y que muchas veces no siquiera recordaban haber soñado. "Pero cuando mi mujer sueña-me dijo- no solamente sueña en voz alta, sino que también me arrastra a lo que está soñando y entonces, cuando amanece, las paredes de la casa están cubiertas de los poemas más bellos del mundo, nuestros cuerpos están desnudos y tenemos una sonrisa pintada en el rostro". No sabes cuánto te envidio-le dije- y me marché después de haberle deseado dulces sueños...

No hay comentarios: