martes, 12 de enero de 2010

DICTATORLAND-Tragedia Mayúscula-.

En un arranque de inspiración sin precedentes el dictador decretó que todas las plazas, parques, calles y avenidas cambiaran de nombre y pasaran a llamarse como él. Desde ese día los habitantes no se asoman a las calles, solamente un par de perros sin dueños se aventuran a merodear por los alrededores pegándose a las paredes para protegerse del sol inclemente...

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