domingo, 3 de enero de 2010

TODO PODEROSO -HORROR Y OLVIDO-.

Este era un país chiquito que tenía un dictador omnipresente. No había ocasión en que este ser no se presentara a tiempo y bien vestido aun sin ser invitado: bodas, cumpleaños, bautizos, ventas de ganado, alquileres de coches, reparación de caminos, inauguración de casinos, despedidas de soltero, linchamientos, misas, ejecuciones sumarias, peleas de gallos, eventos de beneficencia, divorcios, levantado de cercas, ejercicios militares, herraje de yeguas, zafra y cortes de café, nacimientos, cambio de moneda, últimos suspiros, besos de buenas noches, circuncisiones, desfiles patrios, procesiones, desgrane de maíz, competencias deportivas, extrema unción y confesiones, extracciones dentales y despidos masivos, bienvenidas y despedidas, certámenes de belleza, jornada dariana, ferias, retrato familiar, graduaciones, destace de reses, quince años, vasectomía, juicios e indultos, castración de cerdos, elección de magistrados, eclipse de sol y de luna, pruebas anti dopaje, cónclave, cruce de perros, licitaciones públicas, pedidas de mano, borracheras privadas, poda de árboles, clases de canto, exhibición de arte, serenata, veladas de boxeo, cirugías a corazón abierto, pago de aguinaldo, exhumaciones, cuentas regresivas, interrogatorios, exámenes orales, eutanasias, bailes escolares, corridas de toro, castración de cerdos, partidos de fútbol y un largo etcétera. Por supuesto que a su cita con la muerte llegó perfumado y vestido de gala. Durante la inauguración de su estatua ecuestre, un joven universitario se le acercó y le disparó tres balazos a la altura del abdomen. Un proyectil le perforó los intestinos, otro apenas le rozó la cadera derecha y el tercero le alcanzó a reventar los testículos...cuando lo trasladaban al hospital-un hospital de su propiedad, por supuesto- una caravana de periodistas y chismosos seguía a la ambulancia guiados por el reguero de mierda que iba dejando por el camino. La estatua fue derribada...pero quedó el pedestal a la espera de que la historia le vuelva a jugar otra mala pasada a aquella desdichada nación, porque los dictadores no son eternos, pero la memoria del pueblo es muy corta...

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