domingo, 24 de enero de 2010

Tragedia y Esperanzas-Richter 7.0-

Finalmente Haití está de regreso en el mapa. Mucha gente está triste por la tragedia que la primera nación negra en haberse independizado está viviendo. Las imágenes ya abarrotan todos los espacios-los virtuales y los reales- y las campañas para recaudar fondos son interminables, músicos y gente de la farándula, políticos y payasos, monjas y ateos y ciegos y atletas, todos andan haciendo propaganda y lo que puedan para reconstruir un país que nunca ha tenido forma...y que necesitó perder decenas de miles de sus ciudadanos para que el mundo le volviera a prestar atención. Muchas son las manos que se han abierto generosas y tantas otras se han empuñado por la frustración de no poder comprender la magnitud del dasastre ni tener idea de cuánto esfuerzo será necesario para hacer una nueva nación. De todas partes llega la ayuda, de todos es la tragedia...un niño británico recauda fondos mientras monta su bicicleta alrededor de un parque en Londres, en Los Ángeles y Nueva York se organiza un concierto masivo para reunir ayuda para los damnificados, un grupo de médicos franceses sanan heridas en un hospital improvisado en las calles de Puerto Príncipe, un miembro de las fuerzas de paz de la ONU procedente de Brasil busca desesperado entre los escombros por señales de varios de sus compañeros, en las calles de Managua una bandada de jóvenes salen armados de alcancías a pedir dinero a los conductores que se detienen a esperar que la luz cambie del rojo al verde, los topos mexicanos buscan bajo los escombros cuando otros ya han decidido no continuar, un socorrista sudafricano llora cuando finalmente logran liberar a una mujer de su casi segura tumba de concreto y hierros retorcidos...y todos sufrimos y todos nos alegramos por las pequeñas victorias contra la muerte y niños siguen y seguirán naciendo y con cada nacimiento Dios nos demuestra que todavía cree en nosotros. Haití, en medio de tanta muerte, está más vivo que nunca...

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