lunes, 16 de junio de 2008

ESPEJOS EMPAÑADOS ( O LA NEGACION DE LA REALIDAD)

Los viernes llegan cientos de mujeres a esperar a sus maridos, amantes, compañeros de vida-y un largo etcétera- a la entrada de las fábricas y empresas que tienen por costumbre pagar en ese día de la semana. Arriban temprano, limpias y arregladitas, con un niño en cada brazo y a veces uno en el vientre. Toman posiciones estratégicas y pacientemente se dan a la tarea de engañar al estómago y seducir las horas...
Mientras esperan, se cuentan sus historias de amores frustrados, del viaje que han realizado, de lo caro que están los frijoles y de las infaltables enfermedades que llegan sin ser invitadas. Mientras sus madres arreglan el mundo, los niños se dedican a jugar...corren tras una pelota hecha de papel y plástico, apedrean los árboles de mango o simplemente cuentan los adoquines del parqueo o pretenden caminar la cuerda floja siguiendo la línea que divide las calles en dos vías...
Al finalizar la jornada los hombres tratan de escapar a la trampa que les han tendido, pero la tenacidad femenina siempre les gana la partida.
Señores, no sean tontos, o mejor decir: no seamos tontos, el hecho de que estas mujeres tengan el rostro tatuado con la tristeza no quiere decir que sean débiles; en sus mentes se gestan sueños, se planifican revoluciones y más que un imperio ha caído rendido ante la inteligencia de una fémina...yo tengo que confesar que hace muchos años que me di por vencido...

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