Invitado a volar-Delirios Dolores Dilemas

Nadie sabía su nombre. Todo el día vagaba por las calles y apenas se hacía notar. No estudiaba, no tenía domicilio conocido, nadie sabía de dónde había salido aquel ser escuálido y extraño, pero nadie dudaba que era él el autor de las consignas que cada mañana aparecían en las paredes (LA POESÍA NO LLENA LA PANZA PERO ELEVA EL ESPÍRITU, AQUÍ TE ESPERO CON LOS BRAZOS ABIERTOS, DICHOSOS LOS POBRES PORQUE NO TIENEN NADA QUE PERDER, DON ANTONIO MARICÓN). Una vez lo encontré sentado en las gradas de mi casa, me sonrió y me dijo: Esta ciudad es aburrida, no te parece que deberíamos poder volar cómo las aves y marcharnos a buscar nuevos nidos?. Yo busqué pintura y una brocha y cuando cayó la noche me perdí con él por las calles oscuras...