jueves, 1 de mayo de 2008

Síntomas

Tomamos por hecho que las canas, el andar pausado, las arrugas, la amnesia, la disminución de la lívido, orinarse los zapatos, la pérdida de la visión y de la capacidad de escucha, dolores en la espalda, toses nocturnas, flacidez de la piel, terrores nocturnos, hablar con las sombras, confundir los recuerdos, traspapelar los documentos importantes, la caída de los dientes, el insomnio y la nostalgia por el pasado son señales inequívocas de vejez. El 13 de mayo voy a cumplir 57 años bien vividos y mejor gozados, y aun me siento lleno de una juventud volcánica, pero una de esas mañanas planas como la realidad me sorprendió la vejez cuando viajaba en un bus. Yo estaba leyendo "20 Poemas de Amor y Una Canción Desesperada"-la lectura es uno de mis muchos vicios-, cuando una señora me sacó de mi paraíso con una pregunta:
-"Qué edad tiene?".
-"La edad perfecta", le respondí al mismo tiempo que me acomodaba los anteojos, "el trece de mayo voy a cumplir 57".
-"Pues según lo que está leyendo se podría decir que usted es un viejo viviendo en el cuerpo de alguien de casi 57 años".
Y como siempre me sucede con estos seres raros que me encuentro a diario, se bajó en la siguiente parada y no me dio tiempo para replicarle con la frase ya conocida: "Viejos son los caminos y todavía hechan polvo".
Después de ese encuentro cuido mucho lo que leo en público. Lo que leemos nos delata...sobre todo la lectura de los clásicos.

No hay comentarios: