martes, 1 de abril de 2008

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De Cómo se Come un Mango

no señores, comer un mango no es únicamente ese acto reflejo en que se lleva algo al estómago. hay toda una historia, una filosofía que el que va a degustar de la fruta-en este caso el comedor (disculpen mi ignorancia y que me perdone el comensal)- debe conocer para asegurar que en el proceso se cumplan todos los pasos que lleven al pleno goce:
se lava la fruta, se acaricia despacito con la punta de la lengua o con la llema de los dedos-según el gusto del comedor, o comedora en su defecto-. se aspira el aroma con los ojos cerrados y se le da las gracias al padre por el banquete que se va a disfrutar y por el sacrificio de tan noble fruta. se sopesa el tamaño del mango y se le clava el diente en la mera puntita. no hay que pasar por alto que hay variedades de mango que no son tan agradables al paladar, los más dulces son; mango de rosa, el mango mechudo y el mango liso. el mango papaya y el mango caraña son más usados para hacer fresco-jugo para los europeos o estadounidenses-. pero volvamos al asunto que nos concierne; después del primer mordisco se puede atrapar la cáscara entre los dientes y tirar de ella. se desprende suavemente-así como se desvisten las mujeres- y después de eso se deja al comedor/comedora hacer uso de su libre albedrío...hasta el momento en que se tiene que limpiar del jugo que le baja por los brazos y le llega hasta los codos. para limpiarnoc no se debe recurrir al agua o a ninguna suerte de servilleta o toalla; la limpieza se debe realizar con la lengua-sea esta propia o ajena-, se recorre con la lengua el área "sucia" y se asegura de no dejar nada a las moscas...las mechitas o pelitos que se quedan prendidos en los espacios que hay entre los dientes tienen que ser sacadas con las uñas o haciendo una maroma en la cual la lengua se presiona contra la ebra y se arrastra hasta hacer que esta se libere. ahora bien, existen otros implementos capaces de ayudar: hilo dental (floss), un palillo, la imaginación... se puede repetir todo el proceso las veces que se desee o hasta que el cuerpo aguante. yo he visto gente que ha comido hasta doce mangos de una sola sentada, pero también he visto otras cosas curiosas: un gringo comiendo mango con cuchillo y tenedor, una bella mujer, con sus propias manos, dándole mangos a las vacas allá en Dulce Nombre de Jesús...
así pues, la próxima vez que quieran comer mango, no olviden que esa fruta que vino de la india es capaz de proveer placeres insospechados...

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