viernes, 11 de abril de 2008

Tercos ( o la Guevonada de la Vida)

escupen al cielo con la esperanza de que Dios les escuche sus pedidos de futuros concretos y existencias libres de complicaciones, cruzan fronteras, caminan días y noches y días y noches, atraviesan selvas y desiertos, soportan hambre y sed, se esconden de las fieras que asechan a lo largo del camino con la mala intención-como casi todas las intenciones- de robarles hasta el nombre y perderlos en esa maraña de caminos sin salida y laberintos poblados de hordas de minotauros- que se muera Icaro y sus alitas de pipilacha azotada por el vendaval- vampiros y "coyotes" que al primer descuido se comen el mandado y desaparecen toda evidencia...pero bien, es la ley de la vida, los más fuertes sobreviven y los débiles que se aparten o que se pierdan, los pocos que logren atravesar los miles de obstáculos serán sometidos a la presión del nuevo mundo-el primero y último de los mundos por conocerse- ahí van a tener que sudarse los guevos trabajando para un nuevo amo y tratando de ahorrar al máximo -esas moneditas que usted desprecia por pequeñitas e insignificantes son capaces de llenarle el buche a una gallina y alimentar a una familia-pero las lineas del destino no siempre están escritas en la palma de la mano y hay que -que hay?- vivir de los recuerdos de la tierra que un día nos vio nacer de la sonrisa de los hijos y el sexo cálido y acogedor de la mujer que uno dejó atrás y las arrugas de la madre y el olor a trópico en el aire y la sombra del tamarindo y el ladrido de los perros en las noches de sábado y los libros polvosos sobre la cama y el techo manchado de hollín y el cocinero con su llama eterna y el sol que quema con una caricia diferente y las calles sin nombre y el saludo del vecino -pero estas imágenes serán apenas una masa deforme derretida por la rabia de la frustración y el desengaño y de la sensación de acoso y los nervios siempre alertas a la presencia de las autoridades -!!que se rinda tu madre!!- y tener la esperanza de algún día poder cumplir todas las promesas hechas al momento de abandonar el terruño pero la realidad encontrada en el paraíso no es favorable a la realidad que se presenta a través de los medios y algunos -los menos- que logran regresar con la dignidad suficiente y el valor íntegro para no representarnos una versión arreglada de lo que vieron y vivieron.....y mañana saldrán otros cientos con los mismos sueños e ilusiones y otra vez se repetirá el éxodo forzado por el hambre la guerra la miseria las enfermedades la falta de oportunidades el deseo de superación la violencia...y porque vivir es más que no estar muerto, seguirán haciendo lo posible y lo imposible para que la vida se imponga sobre la muerte...
Amên.

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