jueves, 17 de julio de 2008

El Angel

Una noche lo encontré sentado en una cuneta y en seguida me di cuenta que algo le atormentaba. Nos saludamos como siempre, con un "¿entonces?", y ahí mismo me soltó la causa de su congoja; esa mañana, en el bus que abordó para ir al trabajo, dos mujeres discutían sobre la existencia, vida, sexo y tamaño de los ángeles. Una de ellas argumentaba que los ángeles no tienen sexo, porque si lo tuvieran, la sobre población los llevaría a practicar el canibalismo y el batir de alas desvelaría a las personas que buscan dormir. La otra argumentaba que era tonto pensar que los ángeles pudieran tener alas porque, para hacer su trabajo aquí en la tierra, no era necesario tener alas. Ademas, las alas podrían atorarse en las puertas automaticas al momento de entrar al supermercado, se podrían ensuciar de lodo los días de lluvias El se mordía la lengua por las ganas de opinar, pero solo se dedicó a escuchar y estudiar los gestos en los rostros de aquellas dos mujeres-por la vestimenta de ambas, dedujo que eran oficinistas o cajeras de algún banco-. La otra, la que tenía los ojos del color de la tarde, hizo alusión a pasajes de la Biblia y a documentos oficiales que tratan sobre el tema. Durante todo el tiempo que duró la conversación, él se quedó prendido de la suave curva que dibujaba la nuca de una de las mujeres. En el momento en que las mujeres se pusieron de pie para dirigirse a la puerta de salida, descubrió que eran un par de esculturales morenas que estaban a punto de romper el molde...y desde ese momento se ha estado preguntando si un simple mortal tendría oportunidad de engendrar semi ángeles o semi humanos con alguno de aquellos dos seres ...
Yo lo dejé sin darle respuesta. La verdad es que yo tenía prisa por llegar a casa, mi mujer me estaba esperando con las tijeras afiladas para recortarme las alas...

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