martes, 12 de octubre de 2010

Anotaciones Sobre Un Renacimiento-Volver a Nacer-.

En un lugar al norte de Chile la tierra abrió su vientre y arrulló a 33 de sus hijos mineros por 69 días. Al lugar vino gente de todas partes porque algo así jamás había sucedido; se dice que vinieron 78 presidentes de estado, la Reyna Isabel y toda su corte, vino en peregrinación el Santo Papa y sus cardenales, vinieron las cuarenta mil vírgenes y sus chaperonas, vino Hugh Heffner acompañado de sus conejitas, vino la cuarta flota del ejército más poderoso del mundo con sus barcos aviones y hasta con su banda militar, vino un tal Steve Jobs a regalar teléfonos celulares a los que estaban dentro de la tierra, vino Fidel Castro, vinieron el Rey y la Reyna de España, vinieron una banda de rock y tres jugadores profesionales de baloncesto, vinieron artistas-de los que ganan premios y de los de verdad-, vinieron modelos-de las fabricadas en las salas de cirugía y de las de verdad-, vinieron doctores con sus batas blancas impecables, vino un grupo de abogados con maletines y secretarias, una horda de paparazzis también asistió al banquete y se apostó en las mejores posiciones para retratar los mejores ángulos, vinieron las mercaderas del Mercado Oriental y levantaron sus puestos de frutas y verduras y refrescos en bolsa, en este evento no podían faltar los predicadores evangélicos con sus alto parlantes, los reporteros y sus micrófonos, los curiosos y sus conjeturas, vinieron ingenieros y su máquinas excavadoras, vino la NASA con sus aparatos de ciencia ficción, vinieron bomberos, vinieron socorristas y ambulancias, vinieron políticos en campaña e hicieron promesas y firmaron compromisos y abrazaron a ancianos y cargaron niños, vino un circo con payasos, malabaristas, magos, tigres y elefantes, vinieron prostitutas atraídas por la novedad y la posibilidad de hacer negocio, vino una comisión especial en representación de la ONU, vino el Zar de Rusia, vino la Selección de Futbol de España, campeona del mundo, para jugar un partido de exhibición, vino Ronald MacDonald a repartir cajitas feliz a todos los niños y Big Mac a los adultos, vino Coca-Cola e instaló una fuente de refrescos cada tres metros y gigantescas vallas publicitarias, vino un hipnotizador de serpientes que cobraba tres centavos por ver su show, vino una pareja para celebrar su luna de miel, también llegaron representantes de una importante cadena hotelera para estudiar las posibilidades de instalar uno de sus edificios en la zona, vino Shell a proveer de combustible a todos los vehículos y maquinarias, vino Lady Gaga a dar un concierto, los administradores de la casa-museo Elvis Presley enviaron regalos y discos para los mineros, vino en procesión la imagen de la Virgen María, vinieron los niños lustradores del parque de Granada, vinieron mendigos y huelepega. Chile fue el nuevo centro del mundo hasta que un grupo compuesto por profesionales de distintos ramos inventó un supositorio gigante que le introdujeron a la tierra por un agujero y así esta logró expulsar a los 33 mineros. Allí estaban todas las cámaras del mundo para registrar para siempre la salida de todos y cada uno de los 33 recien nacidos... Los mineros volvieron a sus casas de siempre, pero las grandes corporaciones todavía están recibiendo ganancias del gran espectáculo.

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