domingo, 24 de octubre de 2010

No Existe El Silencio.

Mi ciudad está preñada de ruidos: desde los carteles y rótulos la publicidad me grita sus mensajes estúpidos, los vendedores y sus pregones me acosan, la flota vehicular no solamente emite gases tóxicos, también exhala una cantidad increíble de ruidos de todo tipo; pitazos, gritos, silbidos, motores roncando, frenazos, mentadas de madre...Dios, me tapo los oídos pero eso no es suficiente. Los bares y restaurantes compiten por tener la peor música y el volumen más alto, los que dicen predicar la palabra de Dios ya sea desde las iglesias o desde la calle parece que odian la tranquilidad de los vecinos, un mal llamado DJ convoca a los posibles clientes para que pasen al supermercado y compren lo que no necesitan a un precio que no pueden pagar...Y yo sólo quiero un minuto de paz, de silencio profundo!!!!!! Vivo en la ciudad más ruidosa del mundo y me sorprende que todavía a nadie se le haya ocurrido vender silencio. Creo que sólo es cuestión de tiempo para que uno algún joven emprendedor monte su establecimiento cargado de silencio.

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